3/4/10

Victor Núñez: Un Manzanillero que creyó en su pueblo

A un año de su muerte, hacemos un pequeño homenaje a este soñador, un manzanillero que creyó en su pueblo, y es de los pocos casos, que regresó a servirle, porque estaba convencido de que podia ser mejor. Dejó a su Manzanillo muy joven, vino a vivir a New York y aqui en la decada de los '70s se convirtió en el fundador del primer grupo de la diaspora Manzanillera en el exterior, abriendo éste las puertas canalizadoras de aportes muy fructiferos en beneficio de nuestro pueblo amado. Luchó siempre para que su pueblo viviera con dignidad, respeto y moral. En lo económico se destacó en la cuidad de New York como comerciante. Fue un digno representante del deporte, llegando a ser, para ese entonces, una de las piezas claves del softball que se jugaba en esta cuidad, hecho que le motivo a trasladar todo ese entusiasmo a su pueblo, llevando cada año el equipo que resultase ganador del torneo. Hoy nos place ver que su legado no se fue con él, ya que, dandole seguimiento a esas ideas, vemos como han surgido más de 4 grupos en esta cuidad, que al decir verdad son disimiles en la forma, pero no así en el proposito de ver a un manzanillo como Victor siempre lo soñó, próspero, digno, que sus jovenes tuvieran la oportunidad de educarse como Dios manda, es por ello que hoy más que siempre, queremos pedirles a nuestros complueblanos que nos veamos en el espejo de ese soñador ido a destiempo, que siempre quiso lo mejor para su pueblo. Victor te fuiste, pero no así tu legado y tus ideas, las cuales en Udema hemos decidido hacerlas muy nuestras.

Viviras siempre en nuestros corazones.!!!

2 comentarios:

UDEMA: dijo...

Su comentario es importante para nosotros, a la persona que dejo un comentario el cual por un problema tecnico no pudimos publicar, por favor, le exhortamos que lo escriba nuevamente, no sin antes pedirle excusa por el inconveniente.

Anónimo dijo...

Manzanillo es una tierra privilegiada por Dios, un enclave maravilloso donde convergen el mar, la frontera, el verdor de las montañas (incluyendo una impresionante vista del Morro) y la hospitalidad de los munícipes.

Que Dios bendiga siempre a Manzanillo y que provea sus habitantes de todo cuanto requieran para vivir dignamente, aún ante la apatía de las autoridades que van y vienen con sus maletas de hipocresía y demagogia.

Un abrazo a todos desde la lejanía y mis sinceras felicitaciones a los amigos de la UDEMA.

Con sincero aprecio,

Mario Díaz.