Cuando se escriba la historia de Manzanillo habrá que hacerle un homenaje especial al producto que por su bondad mantuvo al pueblo manzanillero a flote en los momentos mas cruciales de su historia. Los que vivimos allá en las decadas del 60, 70 y 80 sabemos cuanto debemos a este rubro, que formó parte esencial en nuestra alimentación, tanto así, que en cada cocina de las casas manzanilleras había una esquina destinada a salvaguardar esta fruta, llamada por los manzanilleros despectivamente con los siguientes nombres: Chupa sangre, cachirula, chirri, cachita, entre otros. Era muy común, cuando las cosas no estaban muy buenas, ver a un manzanillero degustando un suculento plato de guineo con mantequilla, con aguacate, con aceite, o con sus respectivas ruedas de salchichón, cuando las cosas mejoraban.
Era normal que las autoridades del proyecto o compañía de turno pusieran a disposición del pueblo guineos, tomates, ajies, ect. para su sustento.
Gracias a Dios por hacer del guineo parte de nosotros!
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