Intentando entender la razones y posturas que tomamos como miembros de esta comunidad, que más que valorar las cualidades que nos adornan tratamos de exaltar lo negativo de los demás, nos hemos tomado la libertad de investigar el por qué de este comportamiento y hemos llegado a la conclusión que los manzanilleros simplemente estamos enfermos de EGOCENTRISMO. Esto explica porque se nos hace tan dificil que nos unamos como comunidad. Dejamos parte de nuestra investigación para que usted saque su propia conclusión.
El egocentrismo es una forma de pensar y vivir, basada en la exaltación de la propia personalidad, la necesidad y búsqueda de ser centro de la atención y una clara indiferencia ante los deseos, intereses y necesidades e intereses de los demás. El egocéntrico se caracteriza porque procesa su realidad otorgando altísimo valor a su propia visión, presiona al entorno para que se adapte a él mientras subvalora las consecuencia de sus actos en quienes le rodean. Es fácil olvidar que todos somos producto de nuestro roce social con las demás personas; que mucho de lo que sabemos y hacemos lo aprendimos de otros; que lo que comemos o vestimos nos llega a través de manos foráneas; que alguien nos ayudó a hablar, a caminar, a leer, a escribir.
Para destruir el egocentrismo es necesario poseer una mentalidad global, holística, bajo la cual todos estamos relacionados y nadie es individual o autosuficiente, pues es realista decir que en alguna medida todos dependemos de todos. Hace falta valorar a los demás, descubrir lo mucho que nos han ayudado, y vivir desde una óptica más humilde.
Una forma de romper el egocentrismo sería expandir nuestros requisitos de inclusión y levantar las barreras que impiden que nos acerquemos a las personas que piensan, sienten o actúan distinta a nuestras preferencias. Al reducir los pensamientos egoístas y aumentar los grupalistas o colectivistas, se producen resultados materiales y emocionales asombrosos que a muchos benefician.
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