En mi ultimo viaje a Manzanillo me quedé con la sensación de que extrañaba algo que era representativo de mi pueblo, y ahora al enterarme del problema de agua potable que existe en nuestra comunidad, urgo en mi memoria y me encuentro que lo que me faltó por ver, y que extrañaba tanto, era la imagen del tanque de agua que estaba en patio del taller frente al campo de golf, el cual servía para distribución por gravedad del mencionado líquido. Y me pregunto, ¿Qué pasó con éste patrimonio?, ¿corrió con la misma suerte de las demás cosas que se han evaporado por arte de magia en complicidad con las "autoridades de turno"?. Como manzanillero les pregunto: ¿Vamos a dejar que nos roben la dignidad que es lo único que nos queda?.
Ojalá esto nos sirva de reflexión y nos dejemos de perder el tiempo en ser egocéntricos y nos concentremos en buscar soluciones a los problemas que aquejan a Manzanillo.
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