Cuando era niño y luego de adolescente corretiendo por las calles de Manzanillo creía, como lo creen muchos aún, que la culpa de que nuestra comunidad no progresara estaba en que no había oportunidades para que la juventud se desarrollara, y ahora entiendo que esa es un verdad a media, aunque las oportunidades son importantes, el desarrollo de una comunidad depende propiamente del desarrollo de los habitantes que la habitan, si cada individuo se concentra en su desarrollo personal, esa comunidad tendrá cuidadanos más emprendedores, personas con la capacidad para entender que si queremos transformar el lugar donde vivimos, debemos trabajar todos con ese mismo objetivo.
No soy de los que le pasa la culpa a las autoridades de los problemas que tenemos, aunque son culpables, somos tan culpables como ellos por no saber elegirlos con conciencia, estoy más que convencido que estas actuan de acuerdo a los cuidadanos que los eligen.
Ponernos a esperar que venga alguien a resolver los problemas que nos aquejan es una idea de tontos. Piensalo!
Manzanillo Compromiso de todos!